A las 5:00 de la mañana. Justo a esa hora comienzan los días de Irene Esser en Estados Unidos ahora que estudia actuación en la New York Film Academy, luego de obtener una beca por parte de Donald Trump.
La nueva vida, que inició la joven el 30 de diciembre de 2012, cuando viajó a Norteamérica para instalar
se e iniciar sus estudios, significó para ella un cambio radical. Ahora, un mes después del Miss Universo, concurso en el que quedó de segunda finalista, los proyectos de la surfista apuntan hacia el cine y la televisión.
Y quienes pensaron que una respuesta poco convincente en el certamen de belleza le truncaría los sueños a Irene, se equivocaron. Esa misma noche, la chica aseguró su futuro.
“Nunca podría quedarme esperando que me llamen. Si no se insiste en estar, las oportunidades no llegarán, por eso, lo primero que hice al terminar el concurso fue tocar puertas, me dirigí personalmente al señor Donald Trump; yo estaba todavía un poco en shock por lo que me pasó con la respuesta y fui a hablar con él, le di las gracias y conversamos sobre la marca de chocolate de mi familia porque el traje típico dio mucho de qué hablar. Les dije que me quería ir a vivir a Nueva York, pero obviamente eso implicaba muchos gastos, una gran inversión”, expresa Irene, quien obtuvo el apoyo del magnate y ahora vive su sueño.
Esser confiesa que le toca madrugar para que le rinda el día: “Afortunadamente tengo un gimnasio que me queda en el mismo edificio, entreno alrededor de una hora, luego me baño, hago mi desayuno, me preparo el almuerzo porque la academia me queda un poco lejos, como a 40 minutos en tren y entro a las 8:00 am.
Después tengo un ‘break’ a las 11:30 de la mañana para almorzar, un poco raro para mí porque no estoy acostumbrada a comer a esa hora, pero ya tengo una semana y media haciéndolo y me estoy acostumbrando.
Luego retomo las clases desde las 2:00 hasta las 5:00 de la tarde. Y bueno, cuando salgo de clases me gusta caminar entre los edificios, como ahora precisamente, que mientras hablo contigo por teléfono disfruto la hermosa vista de Broadway”, asegura la hermosa modelo.
Esser pasó Navidad con su familia y luego emprendió vuelo hacia sus metas. “Mi hermano me acompañó cuando me vine porque no encontramos boletos para otra fecha y después se regresó. El 3 de enero ya debía estar aquí porque a la semana siguiente comenzaba la inscripción y la audición”, relata la muchacha, acotando entre risas que “el apartamento donde vivo es del tamaño del cuarto que tenía en Caracas”.
Ha pasado un mes del Miss Universo y la venezolana siente que ha sido un año por todo lo vivido.
“En el concurso recibí lo que di. Me sentí muy apoyada y que el trabajo había valido la pena. Nunca he dicho que soy una mujer hermosa, es algo cómico porque siempre digo que las mujeres también podemos ser inteligentes, aunque esa noche no lo demostré. Imagínate que mi respuesta en Youtube tiene más de dos millones de visitas”, manifiesta Irene.
¿Está consciente de que pudo dar una mejor respuesta?: “¡Claro! Esa semana estuve leyendo mucho sobre la masacre de Connecticut. Yo estaba al tanto de todo eso, pero de verdad, se me fueron las imágenes de mi mente cuando tuve todos esos focos de luces de frente. Pensé que me podía derretir en cualquier momento, estaba muy nerviosa, tuve un verdadero ataque de nervios, quedé en blanco, se borró todo de mi cabeza, no pensaba en nada. Se sumaron los días que llevaba sin dormir, el cansancio, y es que por ser Venezuela me buscaban mucho para entrevistas. Sé que eso no se justifica, por eso felicito a mis compañeras que han salido ilesas en ese escenario, respondiendo claramente”.
El haber perdido el concurso no significó una derrota para la miss criolla. Así lo refiere en su conversación mientras camina hacia su apartamento en la ciudad de los rascacielos: “Pienso que una cosa lleva a la otra, tal vez hubiese sido una segunda finalista más del montón porque ya estaba destinado el triunfo para Olivia (miss Estados Unidos). No digo que estaba destinado por política, sino porque creo en el destino. El triunfo era de ella”.
Esa noche, 19 de diciembre de 2012, todo un país ligaba por el triunfo de la reina “chocolatera”, quien por poco nos trae la séptima corona. “Cuando iban a nombrar a la quinta finalista ya yo tenía un pie adelante, estaba preparada, pensé que se había acabado todo, pero ver que nombraron a Brasil y Australia, no lo podía creer, verme entre las tres, sabiendo que no había dado la mejor respuesta”.
Ahora, el plan de Irene Esser es ser reconocida como una gran actriz. “En estos días estaba viendo los Golden Globe y me emocionaba con cada premio, con cada actriz. Un día quisiera estar ahí”.
“Yo miro atrás y no asimilo lo que me ocurre ahora. Antes era una chica común y corriente de Sucre que soñaba con estar en el Miss Venezuela, fui y gané, eso me hace pensar que todo es posible. Fue mucho tiempo dando lo mejor para después recibir recompensas. Tengo las ganas y la disposición de triunfar y hacia allá voy”.
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